La
cultura de la simulación
René
Loyo Cárdenas
La cultura de la
simulación es la manera en que los servidores públicos se cubren para realizar una
y otra vez más algún acto de corrupción. El gobierno Delegacional de Iztapalapa
que preside Dione Anguiano miente en su actual administración. Un botón de
muestra.
El semestre pasado a
través de su página web convocó al Premio Luz María del Castillo Fregoso a fin
de presentar proyectos que aporten propuestas tecnológicas e innovadoras para
la solución de problemas sociales, principalmente en la delegación Iztapalapa.
La fecha límite el 31 de octubre y el resultado se publicaría el 25 de
noviembre, y a más tardar se entregarían tres premios con una bolsa de 100 mil
pesos que serían repartidos entre los ganadores. Quienes resultaron ganadores?
No se sabe, o de manera sigilosa tal vez entre algunos funcionarios, saben que
sucedió. De no existir ganadores, las autoridades se han manifestado
públicamente? Hasta el momento no. El monto del dinero etiquetado destinado al concurso ingreso a las arcas
públicas? No se sabe. Alguien de manera discreta lo destino a otro rubro? No se
sabe. El resultado es la cultura de la simulación.
La
simulación de los actos
La Real Academia de la
Lengua española dice que simular es
“representar algo, fingiendo o imitando lo que no es”.
La simulación
constituye una alteración aparente de la causa, el objeto de un contrato el
cual carecerá de la voluntad real de los agentes que intervienen. En una
institución pública como la Delegación mencionada, llevan a cabo un acto
jurídico simulado cuando los servidores
públicos fingen celebrarlo. En qué parte de la cadena de mando se lleva a cabo?
Desde el principal es decir desde la Delegada. Para que exista simulación es
necesario que la cadena de mando de los servidores públicos esté en completo acuerdo
de lo que quieren hacer en privado y lo que realmente quieren aparentar en
público.
Engañar
a terceros
En la convocatoria “Luz
María del Castillo Fregoso” alteraron de manera arbitraria la ampliación de
recepción sin publicarlo en la página web de la Delegación. Nunca presentaron
el resultado del concurso y de manera sigilosa se limitaron a enviar un correo
firmado por una “asesora”. Hasta el mes de febrero se recibe un informe de
evaluación en hoja membretada con nombre y firma y sin cargo alguno de los
responsables. El resultado aparenta la celebración de un concurso que se vuelve
ilusorio disimula su real y oculta voluntad. Las autoridades de la Delegación Iztapalapa simulan.
Su negocio es simular al celebrar una convocatoria y vivir en apariencia.
Desde nuestra
cooperativa La Bachita de lo último lo más sabroso SC de RL de CV, seguimos
denunciando estos viles actos de corrupción.