miércoles, 28 de noviembre de 2012

La rica herencia culinaria del Chef Oaxaqueño Arnulfo Luengas (QEPD).

La rica herencia culinaria del Chef Oaxaqueño Arnulfo Luengas (QEPD).

Chef René Loyo Cárdenas


Ciudad de México. No tuve el gusto de conocer al Chef Oaxaqueño Arnulfo Luengas. Tampoco tuve oportunidad de poder deleitarme de algunos de sus platillos. Hubiese querido formarme en su cocina. Mi encuentro con él ha sido a través de los libros, en mi paso por la docencia en la Universidad Gastronómica en el plantel que se encuentra ubicado en San Ángel de la ciudad de México. El libro editado por la Fundación Cultural Banamex, ha sido pieza fundamental para comprender la historia de la cocina y entender mejor la cocina del México de hoy. Marco Buenrostro y Cristina Barros escriben en el periódico La Jornada que: “…a la una de la madrugada del primero de noviembre falleció don Arnulfo”.
Los autores mencionados señalan que “El chef Luengas utilizó varias estrategias. Una fue incorporar ingredientes mexicanos en preparaciones de otras cocinas: budines, tartas y crepas mezclados con cuitlacoche y flor de calabaza, por ejemplo; o servir los merengues con zapote negro, tejocotes con crema pastelera, o una deliciosa cassata con mamey, guanábana y zapote. Otra de las preparaciones mexicanas como el tamal, mezclados con ingredientes de fuera; una más el salseado con chiles, como el poblano.
El chipotle, el guajillo y el pasilla son utilizados en combinaciones específicas. Por ejemplo, el guajillo suele estar presenta en platillos de sabor agridulce; hay también manzano y piquín. Otros condimentos son el epazote y a veces la hoja santa, la de aguacate y el achiote. No faltan el jitomate, el tomate, la masa de maíz en distintas formas y el aguacate; tampoco el elote, los huahzontles, así como frutos de cactáceas como xoconostles y cabuches”.
El 4 de octubre del 2012, Dominica Rodríguez, escribe en El baúl de wiki, Recetario, una extensa entrevista al chef oaxaqueño, por su importancia hoy la reproducimos tal como se presento.

Chef es un placer conocerlo y poder platicar con usted, gracias por abrirnos este espacio.
Al contrario, gracias a ustedes por el interés.
Háblenos de su trayectoria ¿cómo y cuándo nace su gusto por la cocina?
Bueno, yo soy nativo de un poblado que se llama Tezoatlan que está en la Mixteca baja en el Estado de Oaxaca. Yo llegué aquí al Distrito Federal en el año de 1948 como un migrante, claro que tenía aquí dos hermanas y un padrino. Vine con la idea de formarme en una escuela técnica para que ahí me enseñaran un oficio, eso no se dio, entonces tuve que trabajar.
El hijo de mi padrino trabajaba en un restaurante que se había inaugurado en 1945. Era un restaurante que marcó una época en México, era de corte cosmopolita  internacional y era de españoles. Necesitaban una persona para lavar ollas y limpiar en general. El hijo de mi padrino me invitó y yo acepté. Creo que mi primer sueldo fue como de 7 pesos a la semana.
 ¿Ahí le daban de comer además de sus 7 pesos?
 Sí, ya con eso era suficiente para mí. Yo no decidí ser esto, quiero decir, yo tenía la necesidad de trabajar, se da que yo pueda ingresar ahí por todo lo que le acabo de contar. Cuando me preguntan ¿cómo se te da el gusto? Yo digo… no pues… ¿cuál gusto?
 Claro! Lo hizo por qué tenía que comer (risas)
 Así es, tenía que comer, tenía que vestir ¿no? Ahí me inicio.
 Obviamente era un restaurante de mucha categoría pero yo en ese entonces ¿qué podía saber si era de mucha categoría o poca? Yo lo único que sabía era que había mucho trabajo diario y no había semana que no trabajara tres veces más en la noche. Ahí empecé a conocer todo lo que se maneja en la cocina; productos que en mi vida había visto y eso yo lo aprendí rápido.
 ¿Y poco a poco le permitieron involucrarse en la elaboración de platillos?
 Era muy duro porque si yo quería agarrar un cuchillo no me dejaban, me decían que si quería hacer algo yo me lo comprara. Luego había cocineros que me decían que tenía que lavar las papas, hacían que las lavara tres veces por que según no estaban bien lavadas. Yo me preguntaba ¿lavar papas tres veces? Pero bueno alguien lo tenía que hacer.
 ¿Cuántos años tenía en ese momento?
 Tenía 17 años. Siempre estaba preguntando y observando. En lugar de que yo entrara a las 9:00 a.m. mejor entraba a las 8:00 a.m. y hacía mi trabajo; veía lo que los cocineros hacían llegando y yo se los adelantaba. Para llegar a algo uno tiene que poner algo extra y así poco a poco, pero primero tenía que hacer lo mío. Un día se fue un cocinero de último rango y yo ocupé ese puesto. En ese momento me inicio. Con el tiempo escalé y ocupe un puesto que se llama cubre turnos, yo cubría a todos los que descansaban.
 Eso quiere decir que usted iba rolando por todos los puestos y eso le permitió conocer bien como se manejaba toda la cocina.
 Exactamente, eso me ayudo mucho.
 ¿A que hora descansaba Chef?
 Pues sólo tenía un día de descanso a la semana. No se valía decir no puedo.
 Así fue transcurriendo mi vida, me compré un cuaderno y anotaba todo. Después encontré una librería y me compré mi primer libro de cocina que se llama “Mi cocina” empecé a leer y a familiarizarme con la terminología y por tanto a tener más confianza.
 ¿Cuánto tiempo permaneció en ese restaurante?
 Estuve 17 años, terminé tres profesiones ahí si tomamos en cuenta que las carreras son de 5 años. Todo esto para llegar nada más al grado de subchef porque los demás eran chefs españoles y si se iba uno pues sólo contrataban a españoles.
 En 1967 otro gran chef se va a inaugurar el Club de Industriales de Jalisco y me ofrece irme con él. En Guadalajara él termina su contrato y yo me quedó en su lugar.
 Más adelante conocí a un americano que me ofrece ir a Estados Unidos para que viera como era estar en otro lugar. Saqué mi pasaporte y me dieron una visa permanente. Después me hablan y me dicen que Nacional Hotelera me va a contratar, así que me regreso a  México. La verdad irme para allá fue un cambió muy fuerte, en ese momento se terminó de reafirmar mi carácter.
 Ha abarcado todos los campos.
 Sí, es todo muy diferente, por ejemplo, en hotelería hay que dedicar mucho tiempo a la administración.
 En el mundo hotelero podría decirse que hice mi examen final porque me enfrenté a experiencias muy difíciles con los trabajadores y el sindicato; tuve que lidiar con envidias y muchos problemas.
 ¿Cómo llega al Banamex?
 El Chef del Club de Banqueros era mi vecino, un día me comentó que en el Banco Nacional de México estaban buscando a un Chef. Decidí ir al banco y en ese entonces estaba una directora, era una dama, que había vivido en Francia treinta años, conocía mucho de gastronomía y de servicio.
 Más tarde me llamaron porque pase todas las pruebas. Me dijeron que me iban a pagar lo mismo que en mi trabajo de ese momento más algunas prestaciones, lo único que yo pedí es que me dejaran hacer mi trabajo y que otra persona se encargara de lo administrativo.
 ¿El cambio fue difícil?
 Un poco. Me enfrente a que el equipo con el que me tocaba trabajar no eran personas formadas en la cocina. Uno de ellos era ex policía otro ex mensajero y entonces les dije que yo iba a tener que regresarme a mi trabajo porque sino iba a quedar mal. Entonces llegué a un acuerdo atractivo con el banco y me quedé.
 ¿Cómo es que empieza a interesarse por la elaboración de platillos tradicionales mexicanos?
 Cuando yo llego a Banamex querían que hiciera cocina mexicana porque en el banco recibían gente muy importante del extranjero y estaban interesados en que conocieran nuestra cocina tradicional, yo no sabía hacerla, tuve que aprender.
Empecé por la tampiqueña, robalo veracruzano, en fin, platos mexicanos. Me di cuenta que si yo servía ese tipo de platillos más adelante me iban a empezar a exigir o a criticar. Esa comida también podían comerla en la calle, yo tenía que ser diferente.
Después de 4 años yo quería ir a Francia para conocer todo lo que se hacía allá con respecto al servicio, el profesionalismo, la cocina de origen. Ahí inicia, en 1977, el primer viaje de capacitación pero antes yo ya había hecho un análisis sobre los productos mexicanos que tenía que revalorizar y presentarlos de otra manera sin que perdieran su esencia y todo lo que representan.
Mi meta era que ese tipo de cocina estuviera en los mejores lugares.
¿Usted cree que la cocina mexicana ya no se limita sólo a las fondas? ¿Se le ha hecho justicia?
Si, porque la cocina mexicana, efectivamente, se servia en fondas y se ha revalorizado en los últimos años. Todos los elementos influyen, la presentación, la combinación de sabores y texturas, etc. Por ejemplo un plato de mole no tiene mucha estética, se queda sólo en eso, había que incorporarle otros elementos como hierbas y otras cosas. También tenía que hacer ciertas modificaciones, usar otro tipo de chiles para que no picara tanto porque los extranjeros no aguantan mucho el picante.
¿Qué es lo más importante en sus platillos, la creatividad o la originalidad?
Yo creo que lo importante de un plato es el gusto. La creatividad ya es un complemento y si es original pues que padre.
Poco a poco fueron naciendo los platos y así fueron naciendo también las técnicas que usábamos.
A mi me decían que estaba haciendo la nueva cocina mexicana. Nunca me gustó que dijeran eso porque en la cocina ya todo esta hecho.
Lo único que trataba de hacer era de revalorizar la cocina mexicana para que estuviera en los mejores lugares.
¿Qué es lo que distingue a un plato del Chef Luengas?
Bueno, en primera que sea un plato que en su composición sea diferente y original que reúna ciertos elementos que van a complementar la pieza fuerte.
Es decir, que todo junto combine bien en el paladar pero que a la vez cada elemento por separado sea igual de exitoso.
¡Exactamente!
Hay un plato que en lo personal me gusta mucho, la sopa de quesadillas con nopales, ese plato representa una identidad nacional. El nopal esta en el escudo nacional, el maíz es la base de la alimentación del pueblo mexicano, el jitomate es nativo de este país, eso es lo que caracteriza a mis platos además de seguir utilizando productos autóctonos.
Por otro lado Chef, usted que ha tenido oportunidad de desenvolverse en diversos campos como el restaurantero, el hotelero y ahora como Chef ejecutivo de un importante banco ¿Cuáles han sido sus mayores retos?
Trabajar aquí es un reto muy significativo, aquí recibimos a los segmentos más importantes del país: el industrial, el inversionista, el político y religioso. El reto es que hay que estar innovando y esa fue una de las ideas que yo tuve. Todo lo que se habla de la cocina de Banamex es por la gente que viene a comer y se llevan los comentarios.
¿Cuál es su platillo favorito?
Todos (risas)
¿En serio todos? ¿No hay ninguno que le encante?
Bueno a esta edad, que ya estoy en las dietas, ya no tengo favoritos.
En general soy más de pescados y en mis recetas el pescado es lo que más se presta, ya que es más versátil y ligero.
¿Hay algún plato que le emocione preparar?
Hay veces que tengo mis etapas. Cuando estoy en un mercado y veo algo o huelo algo en particular ahí puede nacer una idea.
Claro, me imagino que depende mucho de las frutas o productos de temporada, la frescura es importante.
Si todo eso influye para que después vea cómo lo voy a hacer.
¿Cuál es su proceso creativo?
Primero ver qué productos tengo para poder combinar, a qué pieza lo puedo aplicar ya sea pollo, pescado, etc.
Después cómo lo voy a hacer, qué salsa es la adecuada, porque la cocina es de contrastes.
¿Prepara ese platillo primero para usted?
Sí, sí claro. Lo primero es hacer un ensayo y si siento que hay algo que no me gusta se lo puedo quitar. Si pienso que puede ser del agrado del comensal entonces lo lanzo.
Hasta el momento no he envenado a nadie (risas)
Mire, nosotros somos aquí como una obra de teatro; están los actos de elaboración, los actos de espera, los actos de servir hasta que se termine el servicio.
¿Por qué es bonita la profesión? Pues porque mañana volvemos a empezar una cosa diferente. El caso es mantener vivo ese comedor.
Para finalizar ¿Cómo le gustaría ser recordado?
La satisfacción que puedo tener es haber formado gente. El banco es una gran institución pero el banco me va a olvidar y es natural, a todos nos olvida. Esa gente que he visto llegar joven y he ido guiando profesionalmente va formando una familia y con las prestaciones del banco consigue una casa y un coche, yo creo que esa es una gran satisfacción para mi, los he visto crecer.
Yo se que a donde quiera que vayan les van a dar trabajo.
¿Cómo puedo ser recordado? Ni lo pienso.
Las memorias son lapsos pero una persona que ha trabajado conmigo treinta años no fácilmente me va a olvidar. Aquí tengo 16 personas que trabajan conmigo y son muy buenos profesionales, los hemos capacitado. El banco se preocupa por capacitar e ir formando a sus trabajadores.
Me da gusto el crecimiento de mis colaboradores y me preocupo por la parte humana ¡yo lo viví!
Cuando usted vive un proceso no desaparece ese proceso, lo que queda es apoyarnos y un jefe no es nadie sin su brigada.
Esa es la satisfacción que me queda.
Chef agradecemos mucho que nos haya brindado este espacio para poder conocer su interesante trayectoria.
Usted es un ejemplo de lucha y disciplina, una muestra de fortaleza. Pero sobre todo, gracias por mostrarnos ese lado humano y sensible que lo caracteriza.



Bibliografía: Itacate. Marco Buenrostro y Cristina Barros. Periódico la Jornada. 13 de noviembre de 2012. México.
El Baúl de Wiki. Recetario. Entrevista con Arnulfo Luengas. Dominica Rodríguez jury. 4 de octubre de 2012.

Foto Arnulfo Luengas.

viernes, 19 de octubre de 2012

Agua de Tuba



Chef  René Loyo Cárdenas

Barra de Navidad Jalisco. En la región del pacífico en Melaque, Cuauhtecomastes y Barra de Navidad pertenecientes al estado de Jalisco, es muy popular en la población lugareña, el consumo de agua de Tuba, que consiste en un termal que extraen de las palmas del coco llamado  agua miel quien entra en un proceso de fermentación, el cual es tratado para su consumo. Su agradable sabor se ha extendido a diversos municipios como Autlán de la Grama en Jalisco o en estados como Sinaloa, Michoacán, Colima, Nayarit y Guerrero quienes a la misma bebida la han presentado con su propia particularidad por lo que la han hecho suya, propia.
La bebida es vendida en las calles y  en los mercados por hombres o mujeres indígenas, cargan sus jarrones amarrados a un palo en sus hombros y van ofreciendo su agua refrescante ¿Podemos decir que el agua de Tuba es propia de la región de Jalisco y con ello los otros estados del país mencionados y por lo tanto es mexicana? En parte sí, ya que los habitantes de esos lugares la han apropiado, han incorporado productos propios de la región, su receta ha venido de generación en generación y aun perviven en la comunidad. En términos más rigurosos es un no rotundo, ya que los comienzos de esta bebida es de origen Filipino y son los españoles quienes en sus primeras expediciones de Jalisco a esas tierras, han traído la técnica para la captación del agua de Tuba.

Vamos por partes
México cuenta con una gran tradición de bebidas regionales donde la base es la fermentación, de allí tenemos el Tejuino, el Tesgüino, el Tejate, pozol o chorote,  el Tepache, el pulque, el Colonche y la Tuba entre otros.
El Tejuino es una bebida muy conocida por los indígenas huicholes en la parte occidente del país. Se hace en base de maíz fermentado y caña de azúcar, con un grado bajo de alcohol,  si se quiere agregar chile, limón y sal, o beberla solamente así. En cambio el Tesgüino es producido por los Raramuris (Tarahumaras), es fermentado para que produzca un licor más fuerte. Se utiliza más en sus ceremonias de carácter religioso.
El Tejate es muy popular en los indígenas mixtecos y zapotecas de Oaxaca, pero se consume en las principales ciudades de Oaxaca e incluso en los Ángeles California y en parte de New Jersey, en los Estados Unidos de América. Se trata de una bebida a base de maíz y cacao. Los Oaxaqueños la denominan como “la bebida de los dioses”.
En la región sureste del país, los indígenas chontales tabasqueños. Así como algunos grupos mayas ubicados en la parte de Chiapas y Centroamérica es muy popular  el consumo del pozol o chorote. Se trata de una bebida en base a maíz molido, cacao, fermentado, que al ser diluido con agua produce una bebida refrescante que permite soportar las fuertes inclemencias del tiempo, por ello se utiliza más en los grandes viajes a pie o antes de iniciar una larga e intensa jornada de trabajo en el campo.
El tepache, se trata de la bebida fermentada más popular en México, en otros países se llama “chicha”. La palabra Tepache proviene del nahuatl “tepiatl” que significa bebida de maíz, pero que hoy es más conocida cuando se elabora con las cascaras de piña, agua y azúcar.
El Pulque, merece un artículo especial y prometo hacerlo pronto, de manera resumida solo diré que los Aztecas o Mexicas, en su peregrinación desde Aztlán en busca de la tierra prometida, Tenochtitlán, aprendieron a extraer del maguey el agua miel, a fermentarlo, a beberlo por lo que le atribuyeron propiedades mágicas. A esta bebida la llamaron octli y se encuentra en muchos de sus códices.
Cuando los españoles llegaron a América, este vino blanco, lo llamaron pulque, que de acuerdo algunos autores su raíz proviene de depoliuqui, que se traduce como descompuesto, de manera que lo que pasó al español es pulque y no octli, que es el verdadero nombre de la bebida.
El llamado pulque es algo más que una bebida refrescante. Se utilizaba para las ceremonias, las bodas, para los guerreros, para las mujeres que se encontraban amamantando. Ha estado tan arraigado a la cultura popular que no ha bastado los tantos años que llevan por parte de ciertos sectores de la sociedad quienes la han degradado y han buscado sustituirla con la cerveza o el vino.
Colonche. En los estados de Aguascalientes, San Luis Potosí y Zacatecas, existe una bebida alcohólica, dulce, a base de tuna que se denomina Colonche. Las tunas se recolectan en el monte, se pelan, se exprimen y cuelan para eliminar las semillas. El jugo se hierve y se deja reposar para que surja una fermentación natural. 
Finalmente lo que podemos destacar la poca atención que las universidades han puesto a las bebidas mexicanas, si bien es cierto, que en algunos ya hay estudios, nunca son suficientes.
Finalmente, la Tuba es una bebida refrescante, natural que se produce en las palmas de coco, en la que se extrae el néctar o agua miel y que posteriormente entra a un proceso de fermentación y de cocción para dar como resultado una totalmente agradable.

El Galeón de Manila. 
Se conoce la Tuba en diversos países africanos, en la India, Malasia y Filipinas e incluso en muchos de ellos se produce de manera industrial. En África se conoce como “Legmi” y  en la India se conoce como “Kallu”.
En México el agua de Tuba es introducida desde el siglo XVI, por los españoles en sus viajes por Filipinas, en el llamado Galeón de Manila, quienes han traído hombres a América para cultivar el arroz y la caña de azúcar y son ellos quienes enseñan a los nativos la técnica para extraer el agua de Tuba.

Características
De acuerdo a estudios realizados en la Universidad de Colima señalan que la palma de coco puede producir agua de Tuba durante todo el año, llegando a disminuir la producción en los meses de abril y mayo.
Se trata de un trabajo complejo, elaborado que consiste en subir a las palmas de coco, seleccionar el racimo floral, se realizan varios amarres y en un corte sumamente calculado hacen un cauce para que empiece a salir la savia de la inflorescencia.
A los tres o cuatro días la savia empieza a manar y entonces se ata una vasija donde se recibe el jugo. Aquí la extracción debe ser intensamente limpia ya que de allí depende la calidad de la Tuba. La operación se repite de dos a tres veces al día y el flujo de la savia depende de la habilidad con la que el llamado “raspador” ha realizado su trabajo.

La fermentación
La savia de la palma comienza a fermentarse de manera natural. De acuerdo a diversos estudios a las dos horas la fermentación produce un aromático vino, el cual se puede dejar fermentar hasta un día con lo que se obtiene una bebida más fuerte. Si la fermentación es más larga produce un vinagre.
La savia que se colecta de las palmeras en la mañana es dulce y es mejor calidad que la se obtiene en las tardes. Si se va a vender no se lleva ningún tratamiento extra, solo se mantiene en una hielera a fin de que detenga el proceso de fermentación.
La Tuba que ha sobrado y que no se logro vender debe ser tratada ya que de no hacerlo continúa su proceso de fermentación a través de un proceso de calentamiento.
Podemos concluir que se trata de una bebida fermentada natural altamente energetizante, poco conocida en otras partes del país y que bien valdría apostar para su comercialización a mayor escala.

Bibliografía básica
Cortázar, R.M., Flores, R.F. y Fuentes del AIM (2008). Cocoteros. Fuente de Riqueza. Secretaría de Desarrollo Agropecuario. Gobierno de Chetumal, Quintana Roo. 5 de diciembre 2009.
Granados Sánchez, D. y López Ríos, G.F. Manejo de la palma de coco en México. Revista Chapingo. Serie Ciencias Forestales y del ambiente. 2002.
Alcántara, T. Alimentos Fermentados. http://sepiensa.org.mx/contenidos/fermentaciones/alimentos. 2009

Imagen: Vendedora de Agua de Tuba. Google.

miércoles, 22 de agosto de 2012

La salsa de chile Yahualica y el Slow Food


Chef René Loyo Cárdenas

Ocotlán Jalisco. Los datos son contundentes: siete de cada 10 mexicanos tienen problemas de sobre peso y obesidad, es decir mantienen una mala alimentación. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), miles de personas fallecen por enfermedades relacionadas con una mala alimentación siendo las principales causas cáncer, anemia, enfermedades del aparato circulatorio, marasmo (falta de alimentos) y obesidad y son el producto del elevado consumo de grasas y la escasa práctica de deportes.
A pesar de todo este panorama la mayoría de restaurantes en México incentivan las malas prácticas alimenticias, pero este complejo panorama puede terminar si como clientes buscamos alimentos de calidad. Slow Food es un movimiento pro calidad alimenticia y en este apartado la tradicional comida mexicana  participa. Vamos por partes.

Introducción
Cuando los españoles llegan a América encuentran que entre la comida preferida de los nativos está el chile. La palabra chile proviene del náhuatl, chili. Hasta nuestros días, el chile sigue siendo la base de la comida mexicana. Mantiene en promedio un consumo anual de seis kilos de chiles frescos y un kilo de chile seco por persona.

Cuando Cristóbal Colón llegó a América tenía el encargo de llevar a España “oro y especias”, al llegar a lo que hoy es Santo Domingo y llevar unas muestras de lo que describía  como “pimienta en vainas…muy fuerte, pero no con el sabor de Levante”, pensaba que había hallado la pimienta.

Lo  que había descubierto Cristóbal Colón era el chile, con el nombre local de ají. En sus cartas  escribe la abundancia en que se encuentra y “como todo mundo come sólo eso, que es muy sano”. En la segunda expedición de Cristóbal Colón a América (1493), el médico Diego Álvarez Chanca, fue el primero en escribir sus efectos medicinales.

Conforme los europeos fueron conociendo más estas tierras, descubrieron una gran cantidad de variedades de chiles en todas las formas y colores, que se hibridizan, lo que ha permitido que en diferentes partes del mundo se extiendan, particularmente en Asia y parte de África. A mediados del siglo XVI, se tienen registrados cultivos de chile en Italia, Alemania e Inglaterra. Años más tarde se extiende a las Filipinas, Corea, Japón, China, India e Indonesia incorporándose a las comidas locales.

En México existen una gran variedad de chiles, entre los comercialmente conocidos encontramos: el jalapeño, el poblano, el árbol, el habanero, el chipotle, el guajillo, el mulato y con ellos una gran diversidad de chiles secos.

Las salsas y la comida estropeada
Si México tiene una gran cantidad de chiles, también existe una enorme variedad de salsas para su consumo regional. Las recetas se encuentran allí. En los mercados, en los puestos de comida rápida, en los restaurantes. Cada uno le imprime sazón, su propio toque de originalidad. Sin embargo ha sido en los restaurantes de comida china principalmente y en algunos otros restaurantes de comida mexicana donde se han venido realizando prácticas desleales en torno a la comida.

Sara Jayaraman, directora de los Centros de Oportunidades de Restaurantes Unidos (ROC-U), en la ciudad de Nueva York, afirma que son los mismos propietarios de restaurantes quienes no cumplen con el código de salud, violentando la normatividad y con ello faltando en proveer comida saludable a sus clientes. El estudio muestra que los  dueños de restaurantes sirven alimentos de baja calidad, estropeados o expirados. (Ver ¨Cenando fuera, cenando saludable¨. 22 de febrero de 2011).

En el caso de las salsas, los restaurantes chinos y en algunos restaurantes de comida mexicana utilizan el aceite quemado que se acumula en las freidoras, siendo altamente  cancerígeno, elevando triglicéridos y colesterol en sangre de quienes lo consumen. De acuerdo a investigaciones realizadas en Reino Unido, Estados Unidos y España, se señala que el consumo prolongado de aceites quemados “provocó arteriosclerosis, artritis reumatoide y defectos de nacimiento”, por lo que se hace necesario que en México se tengan medidas sanitarias y que los cocineros tengan conocimientos que aseguren la protección de ácidos grasos contra la degradación por calor y oxidación.

La calidad de los chiles de árbol que se utilizan en restaurantes mexicanos o chinos nunca es la misma. Actualmente el mercado nacional se encuentra invadido por una cantidad de chiles provenientes de  San Antonio Texas, China y de Perú, que se han mantenido  mucho tiempo almacenados y por lo tanto ha expirado su contenido proteico, sus precios en el mercado siempre son más bajos que el que se produce en el mercado nacional. El resultado ha puesto al servicio de los clientes una salsa que los dueños de restaurantes saben muy bien que contiene un alto contenido tóxico. Esto es lo que se llama comida estropeada, de baja calidad con productos que han expedido su contenido proteico.

La salsa de chile Yahualica y el Slow Food
Slow Food puede traducirse como comida lenta y es un movimiento comprometido con la diversidad agrícola, cultural y culinaria del mundo, que surge en 1986 en Italia como respuesta a la invasión homogeneizadora de la comida rápida. Sus principios son que la comida  sea buena, esté limpia y se produzca en condiciones justas. Se plantea el respeto y estudio de la cultura enogastronómica (vino y comida) y el apoyo a los que se ocupan de defender la biodiversidad agroalimentaria en el mundo.

La salsa de chile Yahualica que actualmente estamos produciendo y de la que se encuentra en trámite el registro y los permisos pertinentes, se enmarca en estos principios.

El chile de árbol Yahualica se produce en el estado de Jalisco, destacando los municipios de Yahualica, Mexticacán, Jalostotitlán, Villa Hidalgo, Teocaltiche y Cuquío, poseen en sus tierras la suficiente concentración de minerales derivados de sales de hierro y el tipo de acidez, son la clave que influye en el sabor de los chiles, su sabor propio: rico, incitante, sugerente y picante.

El uso de los aceites que utilizamos son aquellos que científicamente pueden soportar las temperaturas del proceso de fritura y la oxidación.
Los condimentos son de primera calidad, por lo que quien consuma esta nuestra salsa debe estar consciente que lo hace bajo los tres principios que son: Buenos, limpios y justos.


Imagen: Slow Food México.  




martes, 24 de julio de 2012

La Torta ahogada: símbolo del mestizaje

La Torta ahogada: símbolo del mestizaje


Chef René Loyo Cárdenas

Ocotlán Jalisco. La torta ahogada es un  platillo  típico y representativo  del estado de Jalisco y su popularidad se ha extendido a diferentes regiones del país incluso en algunas ciudades de los Estados Unidos. El catedrático de la carrera de nutrición del Centro Universitario de Ciencias de la Salud de la Universidad de Guadalajara, Víctor Manuel Fletes Rábago, la considera: “un símbolo del mestizaje alimenticio por los ingredientes y su preparación”.

En México se conoce al pan relleno de diversos ingredientes como torta. La diferencia con la que se hace en Guadalajara y en los municipios de Jalisco es de un birote salado, con una consistencia más densa que el pan blanco normal, con un sabor ligeramente agrio debido a la fermentación más prolongada, algunos gustan de untar frijoles bayos refritos y carnitas de cerdo estilo Tepatitlán. Se ahoga en una salsa de jitomate y especias sin dejar perder su carácter crujiente. Se acompaña de cebolla desflemada y se sirve junto a una salsa de chile macho o cola de ratón que también se conoce como salsa Yahualica y que es de la región del mismo nombre.

Historia
Quién invento la torta ahogada? En verdad no se tiene un autor, se trata de muchos autores que van puliendo un platillo, lo definen y el pueblo en general por su consumo, se apropia, lo hace suyo, lo presenta y lo representa. Por lo tanto la torta ahogada es patrimonio inmaterial del estado de Jalisco.

El saber popular lo ubica en tres vertientes, la primera señala que recoge el nombre de ahogada por la asociación que se establece en el trabajo de la construcción cuando los albañiles sumergen en agua los ladrillos. La segunda vertiente, surge en Guadalajara a principios del siglo pasado, cuando un jornalero llegó a su casa y buscando saciar su apetito tomo un birote que se encontraba sumamente duro, le puso frijoles refritos, agregó un pedazo de carne de cerdo preparada como carnitas y para ablandarlo lo sumergió en una salsa de jitomate que tenía allí su esposa. Dicen que fue tanto su agrado que le pedía a su esposa cada noche que le hiciera su torta ahogada como le había enseñado. Finalmente hay personas que sellan que la patente debe otorgarse al señor Ignacio Saldaña el güerito, dueño del local de tortas más longevo que se encuentra en Guadalajara ya que continúa una tradición que su padre don Luis de la Torre, el mero güero, había iniciado hace más de 90  años. Hoy en día en todo el estado de Jalisco se encuentran las tortas ahogadas se suelen acompañar con tacos dorados y por supuesto de una buena cerveza. 

El Mestizaje
La llegada de los españoles a América (1521) hizo posible el mestizaje gastronómico: esta amalgama entre dos culturas la ibérica y la indígena. La cocina española trajo a México lo mejor de las tradiciones culinarias europeas así como una buena parte de hábitos gastronómicos provenientes del norte de áfrica sin olvidar siquiera que España había concluido ocho siglos de presencia árabe (los Moros) en su territorio.

Mientras tanto, este país que hoy llamamos México, se encontraba poblado por más de 100 grupos indígenas con una diversidad en el idioma, sus atuendos, su manera para organizarse en sociedad y por supuesto en su forma de comer y como comer teniendo un eje rector en el maíz, el frijol y el chile.

La parte indígena aporta entre otros productos: el maíz, el chile, el frijol, el jitomate, los pavos, el cacao, quelites entre otros. La parte española aporta el arroz, el trigo, las reses, las ovejas, los cerdos, la leche, los quesos, el aceite, el ajo, el vino, el vinagre entre otros más.

Por esta razón el mestizaje gastronómico es la mezcla de culturas de muchos pueblos  en los que se establecen diferentes hábitos alimenticios y en este contexto dinámico destacamos que la torta ahogada combina la panadería española, la carne de cerdo y las especias mientras que la cultura indígena aporta los frijoles, la salsa de jitomate y el chile Yahualica propio de esta región.

Chile Yahualica
No se trata de un chile cualquiera. Se ha reconocido que la parte de Jalisco destacan varios municipios como son Yahualica, Mexticacán, Jalostotitlán, Villa Hidalgo, Teocaltiche y Cuquío poseen en sus tierras la suficiente concentración de minerales derivados de sales de hierro y el tipo de acidez son la clave que influye en el sabor de los chiles. Muchas personas han pretendido bajar los costos de los chiles introduciendo el que se produce en la zona de Asia y que tiene un sabor simple, en cambio el chile nacional sobresale su sabor rico, incitante, sugerente y picante.

Cuando vaya
Cuando vaya a comer una torta ahogada y el pan se le chorrea, es que no es un buen birote. Si le dicen que las carnitas no son hechas al estilo Tepatitlán, es que se encuentra comiendo otra cosa. Si la salsa picante la siente bofa se trata de que la hicieron con chiles traídos de china y por lo tanto diga No a ese producto y visite Guadalajara y cualquiera de sus municipios que seguro encontrará ese sabor mágico por estos lados que como bien decía el novelista Agustín Yáñez “La Región de las tierras flacas de Jalisco” es la tierra más propicia de los chiles secos y más sabrosa de la torta ahogada.


Imagen: Google: Tortas ahogadas

martes, 26 de junio de 2012

La infaltable barbacoa

Chef  René Loyo Cárdenas



“Aquel hacer del suelo barbacoa,
Aquel tomar tortilla y embocarla,
Aquel cubrir de salsa y abrazarla,
Aquel morder y oler en santa loa”
Alonso Ruvalcaba.
Apuntes para el receso.

Cuautla Morelos. Jueves por la tarde, Juan Manuel, ha llegado a su casa-cocina y  se dispone a bajar de su camioneta más de una docena de animales vivos (chivos), a los que coloca en su amplio patio, como tantas tardes, tantos días, tantos años, para preparar, esa receta que su padre le enseñó, y que a su vez, éste último  muestra el orgullo que la aprendió en sus  mocedades. Leticia se llama su joven esposa, quien cuida que cada uno de los lugares donde trabajará Juan Manuel, se muestre sumamente limpio, además prepara los aderezos: una salsa verde con aguacate, cilantro, cebolla blanca, chiles serranos y demás enseres. La otra es una salsa de color rojo oxidante en base a chile pasilla, chile guajillo, cebolla, ajo y otras especias. Lavar bien el cilantro, los limones, la cebolla, que deberá estar lista para al siguiente día, que será el acompañante de la carne cuando sea ofrecida en cada uno de los tianguis  itinerantes correspondiente.

Jair es un joven adolescente nacido en las inmediaciones del estado de Guerrero, que colinda con el estado de Morelos. Como tantos jóvenes ha salido de su lugar de origen en busca de trabajo, en tanto junta dinero para probar suerte en algún lugar de los Estados Unidos. Aquí viene aprendiendo el oficio de cocinar la barbacoa esa receta que no se escribe, no se encuentra en las bibliotecas y que se trasmite como toda una tradición de manera oral, a los más cercanos, a los que en un futuro, mostrarán las aptitudes para cocinar y hacer del mismo su centro de trabajo. Mientras se prepara, y asiste, le toca el lavado de las hierbas como son las hojas de aguacate, las de olor, lavar el arroz, el garbanzo y sobre todo saber aliñar la carne del chivo en el que las partes que lo conforman facilita contar con una barbacoa insuperable.

Historia
Cuando los españoles llegan a América, conocieron en los pueblos originarios del centro y norte de México esta técnica de cocinar la carne. Los indígenas hasta ese momento no conocían, las vacas, las cabras, los borregos y los cerdos. Pero no tuvieron ningún problema para experimentar aquellos productos que llegaron de Europa y cocinarlos de acuerdo a sus saberes. La fusión de la comida indígena y española da como resultado, entre otros muchos platillos el de la barbacoa. Por eso afirmamos que la barbacoa pertenece a México y su  diversidad de regiones que la hacen única. No existe un platillo igual.

De acuerdo al diccionario de la Lengua de la Real Academia Francesa, en 1762, define a la barbacoa como “ese lugar donde los salvajes hacen ahumar sus viandas. Llámese también la reja de madera sobre la cual las ahúman y las secan”.

Alonso Ruvalcaba afirma que Reginaldo Lizárraga (1569), en La descripción de las Indias, escribe acerca de la barbacoa: “en estas  sabanas hay muchas casa o barbacoas, por mejor decir, puestas, en cuatro cañas de las grandes, en cuadro, tan gruesas como un muslo y muy altas, hincadas en el suelo; tienen su escalera angosta, por donde suben a la barbacoa o cañizo, donde tienen su cama y un toldillo para guarecerse de los mosquitos; aquí duermen por miedo de los tigres”.

El mismo autor agrega que en la Jornada de Omagua y Dorado, del siglo XVI: “Hallamos en este pueblo maíz y cacabi y pescado asado en barbacoa y se tomaba mucho con anzuelos. Los indios vinieron a rescatar con nosotros. Son desnudos… ” En relación del descubrimiento del río Apure se lee un uso más excéntrico de la barbacoa: “El llorar al difunto dura cuatro o cinco días, y cuando el cuerpo va corrompiéndose, hacen un hoyo afuera de sepultura, y sobre él, una barbacoa: el hoyo o sepultura hacen un fuego lento, y en la barbacoa ponen sentado al muerto…”[1].  

Marco Buenrostro y Cristina Barrios[2], escriben que en el siglo XIX, fueron famosos los tacos de cabeza de borrego. “La cabeza se llevaba en un horno portátil que cargaban dos hombres en angarillas. Fueron descritos por numerosos viajeros y representadas por pintores y grabadores; luego por fotógrafos como Antioco Cruces y Luis Campa. Era tradicional el pregón cabeeezas de horno o cabeeezas calientes. Las cabezas se suelen vender en los mismos puestos en que se expande la barbacoa”.

En México, en la parte del estado de Hidalgo, Ozumba, Tlaxcala, Querétaro y Morelos, cocinar la barbacoa se realiza a través de la técnica precolombina. Para elaborarla es necesario un horno al interior de la tierra que debe ser recubierto con pencas de maguey.

La carne de chivo, oveja, o res es enterrada en pencas de maguey dentro de un hoyo hecho en la tierra y  puesto a su más alta temperatura. El estómago del chivo o del borrego se rellena con las vísceras que han sido sazonadas en finas hierbas, especias y chiles diversos. El método de cocción es totalmente prehispánico, las pencas de maguey se pasarán por la lumbre a fin que permitan mejor su manipulación, y se recubra el total del horno.

En la parte baja del horno se encuentra un recipiente con garbanzos, arroz y especias que sirven para captar el jugo que la carne despide durante su cocimiento y que llamamos consomé. El tiempo de duración: más de 12 horas a temperatura constante.

Un día de trabajo
Desde la tarde del viernes y hasta las cinco de la mañana del sábado la barbacoa se encuentra cocinándose al fondo del horno que envuelto en las pencas del maguey llevan a cabo un verdadero  festín culinario. Cerca de la una de la mañana Juan Manuel revisa la cocción y la cantidad de sal. El cocimiento de su barbacoa debe ser perfecto: el producto final debe ser de sazón único: la carne sumamente tierna, aromática en hierbas. Nunca seca y tampoco permite un mal cocimiento. El consomé,  intenso de sabor, es el  concentrado que ha salido del jugo de la carne, con las especias, las hierbas aromáticas, el arroz y el garbanzo, listo para su consumo.

A las siete de la mañana el puesto está listo y comienzan a llegar los primeros comensales. Son los trasnochados de una larga noche del viernes que se niegan a dormir sin antes poder llevarse un taco a la boca.

Estos glotones de la mañana son los sibaritas que dan el punto de arranque de lo que sucederá durante una jornada de trabajo. Se dice que un buen almuerzo debe comenzar con algo caldoso y para ellos el consomé puesto en el mexicanísimo plato de barro, con sus guarniciones de cebolla, cilantro, limones, salsas y por supuesto las insustituibles tortillas hechas a mano.

Comienza el festín
Juan Manuel sabe lo que ha hecho, y antes de que el comensal pida, le obsequia la prueba: un taco con esa barbacoa que se encuentra enlazada de las pencas del maguey. Es la barbacoa insuperable que ha pasado la prueba de los dioses, la que nadie puede negarse a seguir comiendo. No importa el tiempo, si hace calor o llueve en demasía, familiares y amigos la comen al aire libre. Mientras llega el platillo se comparten unos aperitivos, para algunos un tequila, otros el mezcal, tal vez una cerveza, y por supuesto hay quienes consideran que el mejor maridaje debe ser con el pulque. La barbacoa que es puesta en la mesa poco a poco comienza a terminarse.

El aroma del maguey le da un toque único a esta carne que va abriendo el apetito de los otros comensales que esperan su turno. Ahora el trabajo de Juan Manuel consistirá que esta no se seque, no se enfríe ni se queme que mantenga su sabor y la jugosidad.

Y en este festín vemos que hay quienes prefieren la costilla, otros la espaldilla, tal vez la cabeza y existen los que prefieren surtida acompañados de panza. A esta hora quizá lo más recomendable es no hablar, pinchar con un tenedor ese trozo de carne que en una tortilla, debe ser  acompañado de cebolla, cilantro, salsa y un poco de sal, que en un giro de cerca de los 45 grados, se debe morder  con tal sabrosura que su sabor debe quedar estacionado para siempre en la boca, en la mente, tal como los dioses iluminaron a nuestros sabios cocineros prehispánicos y que hoy en manos de Juan Manuel nos permite encontrar ese sabor de nuestra infaltable barbacoa de todos los días y a todas horas y en cualquier día de la semana. Buen provecho!


Bibliografía
Alonso Ruvalcaba. Apuntes para el receso. La jornada.
Marco Buenrostro y Cristina Barros. Itacate. Acá los Tacos. La jornada.
Una barbacoa insuperable. Agencia EFE. Periódico La crónica hoy. 2006.
José Antonio Naciff Roldán. Lo que corre y vuela…a la cazuela de los Hñahñú. La crónica hoy. 2008.


Agradezco enormemente a Juan Manuel y su esposa Leticia, la oportunidad de poder conocer de cerca el laborioso y complejo proceso para hacer la barbacoa.

 Imagen: Google


(1) Alonso Ruvalcaba
(2) Itacate