viernes, 13 de diciembre de 2024

Fruta extraña

Fruta extraña


 

René Loyo Cárdenas


En 1933, el compositor y poeta estadounidense Abel Meeropol, pública el poema “Strange Fruit” (Fruta Extraña), ante el dolor que provoca ver en la portada de un periódico el linchamiento de dos hombres de piel negra, en el estado de Indiana. Una práctica que en ese entonces alcanzaba niveles de jolgorio en muchos lugares de los Estados Unidos por parte de la población de color blanca de piel.


Laura Duncan cantante de jazz, blues y música de protesta es la primera en

interpretar “Strange Fruit” en las tertulias universitarias, en las reuniones sindicales y en el apoyo al movimiento social “The people 's songs” (las canciones del pueblo). En el año de 1937, esta misma cantante, la interpreta en el marco del Festival Anti-Fascista (1937), Madison Square Garden de Nueva York.


En 1939, en la ciudad de Nueva York, al interior de una cafetería, finaliza su ronda de canciones una jovencita negra de 23 años, Billie Holiday, pide como último número de la noche, que los meseros dejen de servir, que se apaguen la luz del antro y solo sea una la que enfoque su negro rostro, a fin de poder mostrar en la canción un acto deprotesta y de injusticia, en ese momento deja salir su voz suave, cruda y emotiva el poema de Abel Meeropol, he aquí parte de un fragmento:


“Los árboles del sur

dan un fruto extraño,

Sangre en las hojas

y sangre en la raíz.

Cuerpo negro

balanceándose en la brisa del sur.

Fruto extraño colgado de los alamos”.


Al término de la canción, las luces en el escenario volvieron a encenderse y la figura diminuta de la cantante había huido ante los rostros perplejos de un poema desgarrador que poco a poco se fue unificando con las palmas de los asistentes.


Durante los siguientes 20 años Billie Holiday, cantó y grabó esa canción que ella

misma declaraba que no le gustaba ya que recordaba a su padre que veinte años

después “las cosas que lo mataron siguen sucediendo en el sur”.


Cuando la canción se grabó pronto se convirtió en un himno de protesta para los

activistas y defensores de los derechos humanos de la población negra. Otros

sectores más se fueron sumando, pero hubo otros más que mostraron su enérgico rostro de intolerancia, fue el caso del comisionado de la oficina Federal de Narcóticos, Harry Anslinger, conocido racista que se dedicó a perseguir a la

población negra sobre todo a cantantes de jazz negros, que fumaban marihuana, 

consideraba que esta era la razón de crear “música del diablo”.


El comisionado Anslinger se entrevistó con Billie Holiday y le pidió que no cantará

más esa canción, Holliday se negó y entró otra manera más perversa para

detenerla. Sabiendo que la artista gustaba de consumir alguna droga hizo que le

llegará heroína y de esta manera poder fincarle responsabilidades y someterla

durante un tiempo en la cárcel. Dos años después de su encerramiento, cuando recobra su libertad, deambula por las calles de la ciudad, los recuerdos se han convertido en verdaderos demonios de su vida, su madre la parió a los 13 años y durante su crecimiento fue testigo y víctima de abusos en esa vida sumamente pobre y accidentada. La cárcel ha dejado sus estragos y su salud muestra cirrosis, pulmones averiados y una actividad cardiaca sumamente alterada. Pronto encontró la posibilidad de que fuera recibida en un hospital para su tratamiento, pero aquel oficial de la policía jamás le perdonó la afrenta y ordenó que fuera esposada en la cama y le negaron cualquier tipo de tratamiento y es así como Billie Holiday muere.

A pesar de la muerte prematura, la canción ha obtenido 23 nominaciones del premio Grammy póstumamente y forma parte del salón de la fama en el Rhythm & Blues. En 1999, la revista Time la nombró como la canción del siglo.


Fruta extraña, lamento y memoria, la voz y la historia de un grito de protesta que nos toca a todos conocer.


sábado, 7 de diciembre de 2024

Dios le pague…

Dios le pague...


 

René Loyo Cárdenas


En muchas ciudades de los Estados Unidos gran parte de la población migrante vive hoy el miedo y la incertidumbre por la llegada oficial de Donal Trump a la Casa Blanca y su amenaza de las deportaciones masivas. 


Durante la campaña electoral Donal Trump advirtió “lanzaré el programa de deportación más grande en la historia de Estados Unidos para sacar a los criminales”, por lo que el pasado 11 de noviembre nombró a  Thomas Douglas Homan un expolicía, oficial de inmigración y comentarista político a quien conocen ya como el “zar de la frontera”, responsable de expulsar masivamente a los extranjeros indocumentados.


Historias de ciudad

Fred nació en una colonia popular ubicada al norponiente de la ciudad de México (Azcapotzalco), llegó a los Estados Unidos, junto con su madre y hermanos siendo él un niño. Su ingenio lo llevó a estudiar en Theological Seminary, donde años más tarde, se graduó como Pastor, allí conoció a Nancy una ciudadana americana, comenzaron una amistad que los llevó a contraer matrimonio y ambos  con la llegada de el primer hijo, crearon su propia iglesia en Tennessee para promover el evangelio de la biblia. A la par Fred creó una cadena propia y exitosa de restaurantes de comida mexicana, sus empleados eran todos inmigrantes. Sin embargo hace dos años la prensa local dio a conocer una denuncia de un joven trabajador hondureño con el que se logró conocer el fondo de la empresa. 

Fred solía poner anuncios solicitando cocineros para los Estados Unidos a través de las redes sociales en México. Ante la imposibilidad de contar con visa, se presentan los llamados “polleros” o “coyotes” (que el empresario pastor previamente concreta). Los inmigrantes se trasladan hasta la frontera y contactan con el “coyote”, quien los lleva  a una casa de seguridad, donde son  resguardados durante un tiempo, para después burlar a las autoridades migratorias. Si son interceptados por las autoridades americanas, se volverán a la casa donde han estado confinados para que en otro momento vuelvan a intentar cruzar las veces que sea necesario.


El nuevo hogar

Aquellos que han logrado pasar, tienen el recuerdo presente que en esas casas donde son aislados los visitan hombres jóvenes armados, por lo que se habla poco y se deduce que forman una cédula que pertenece a la organización de un  cartel dedicado a un trabajo del que nada se sabe pero que se desarrolla en las fronteras de ambos países.


Si se logra burlar la vigilancia migratoria otras son las personas que conducen a los inmigrantes en vehículos hasta llegar al aeropuerto, en el trayecto les proporcionan indicaciones muy precisas de la manera de comportarse ya que por primera vez abordarán un avión, sus emociones fuertes y complejas son difícil  describir. 

“Bienvenido a América”, son las palabras con las que son recibidos y trasladados a su nuevo hogar donde muchos iguales a ellos, los esperan, sus miradas de adolescentes ávidos rompen el silencio y cada uno narra su manera particular de vivir la experiencia. Sus pares, sus compatriotas muestran lo que será su cama, el baño con tina, regadera y suficiente agua caliente, pronto vendrá el pastor y lo llevará a cenar no sin antes hacer una oración comunitaria para agradecer a Dios que el viaje valió la pena, burlar a la migra le ha permitido tener casa, comida, transporte, trabajo y amigos que lo acompañan.


El Pastor lo llevará a cenar y les informará la parte principal del contrato verbal: tres años trabajando con el mismo salario, del que le será descontado un porcentaje menor para pagar la deuda ocasionada al “coyote”, el resto de salario le permitirá mandar a su familia y tener lo indispensable para lo suyo. No se paga renta. No hay vacaciones ni permisos para ausentarse. Quienes no cumplan y abandonen su “nueva” casa serán considerados traidores y son advertidos que la maña (el cartel), se desplazará hasta donde sea necesario para encontrar a  su familia, hacerle daño y de esta manera recuperar la inversión de la deuda contraída.


La doble moral

El hecho arriba mencionado fue un escándalo en toda la ciudad de Tennessee y más allá del estado. Un pastor de culto cristiano fue evidenciado en su doble moral por los abusos a la población inmigrante. El consulado mexicano no intervino ya que a ellos no les llegó solicitud de denuncia alguna. Las organizaciones sociales dejaron de intervenir. En un tiempo aproximado de tres meses las autoridades americanas exoneraron al empresario pastor. La agencia federal independiente (EEOC) que tiene la autoridad para hacer cumplir las leyes de derechos civiles para los empleados guardó silencio. La Junta Nacional de Relaciones Laborales (NLRB) que trabaja para asegurar que existan prácticas laborales justas en el lugar de trabajo, al parecer jamás se enteraron y si se enteraron negaron cualquier tipo de abusos. Nadie hizo público un informe final.


A manera de rumor se manejó al interior de la cocina-iglesia-empresa, que el pastor empresario no recurrió a ningún “acto ilegal”, por lo que fueron convocados  los trabajadores para asistir a la casa del patrón a celebrar y agradecer el resultado.

Hoy en esta ciudad parece que nadie recuerda este caso. El pasado domingo el pastor empresario Fred  ha tenido a bien señalar en su iglesia “Nuevo despertar”, la importancia que es para el ser humano decir la verdad con amor y vivir la verdad en la vida cotidiana, y agrega que “el ser humano debe ser honesto en el trabajo y con su comunidad”. 


La homilía ha terminado, y todos los asistentes se saludan y se despiden a fin de llegar a sus casas. Hoy han asistido pocas personas, desde que se hizo pública esta disputa con los trabajadores de la empresa. Hemos contactado con uno de esos matrimonios que solía frecuentar esta predica pero ya no lo hacen más, a nuestra pregunta acerca de lo que piensan de este conflicto el hombre se niega a responder, mientras se aleja, la mujer, se voltea y expresa: “Que Dios le pague tamaña indecencia a ese pastor”. Alguien tenía que decirlo y se dijo. No hay más.


Nota: Los nombres verdaderos han sido cambiados.