miércoles, 16 de mayo de 2012

La UNESCO: La comida mexicana riqueza cultural de la humanidad

Chef René Loyo Cárdenas


El 17 de noviembre del 2010, los principales periódicos de México registraron la noticia de la siguiente manera: “la comida mexicana fue declarada patrimonio cultural inmaterial de la humanidad por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO)”. Continuaba la nota diciendo que “el comité intergubernamental de la UNESCO, reunido en Nairobi, analizó las 47 candidaturas presentadas por sus países miembros de tal manera que  la comida mexicana logro el reconocimiento de la comunidad internacional”.

Si bien la UNESCO y con ello la comunidad internacional ha reconocido la riqueza de la tradicional comida mexicana, vale entonces preguntarse y los mexicanos que sabemos de nuestras comidas? Cómo es que se llevó a cabo esta notable distinción? Quiénes son las personas que desde sus trabajos propios impulsaron y llevaron y registraron la importancia de la comida mexicana? Qué sabemos de todo ese complicado proceso?

El siguiente trabajo es un intento de resumir de la manera más clara el trabajo desarrollado por notables mexicanos que han puesto la comida tradicional mexicana en el lugar que se merece: en lo más alto de los reconocimientos del mundo.

En un inicio
A principio del año 2001, la organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO por sus siglas en inglés), adoptó medidas para el rescate y preservación de manifestaciones de la cultura inmaterial de los pueblos, en vista de la llamada globalización  neoliberal del siglo XX ya que estas políticas públicas en diferentes partes del mundo venia provocando culturicidios, como es la desaparición de distintas lenguas con sus respectivos contenidos filosóficos-literarios, o conceptos musicales, danzas, o bien toda aquella expresión cuyo común denominador era la relación del ser humano con su entorno natural.

Sin embargo este ambicioso programa de rescate internacional. No consideró la inclusión de “las cocinas de los pueblos del mundo”. La propuesta del organismo internacional no dejo nada satisfechos a un grupo de notables mexicanos, por lo que comenzaron a rescatar investigaciones así como asistir a diversos foros para argumentar la importancia de la comida como rasgo identitario más fuerte que la lengua materna.

Esos notables sin duda destacamos a Yuriria Iturriaga, Yolanda Trápaga Delfín, Marco Buenrostro, Cristina Barros, José Luis Curiel, Gloria López, Roberto González Barrera y muchas personas más.

Pasaron más de seis años en las cuales lograron ordenar y sistematizar una cantidad de investigaciones relacionadas con las cocinas tradicionales y es hasta el año 2010, que se logra elaborar el expediente intitulado: “La cocina tradicional mexicana –cultura comunitaria, viva y ancestral- : el paradigma de Michoacán”, y con ello se gana la inclusión de la cocina mexicana en la lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO.

Sin embargo aquí vale detenerse y preguntar qué debemos entender como Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI)?

Yuriria Iturriaga señala que “es una herencia ancestral que se multiplica con cada generación, porque en vez de limitarse a expresiones físicas y perdurables, es una cultura que se produce y reproduce constantemente en y por los seres vivos, de carne y hueso, que son los sujetos  y soportes de sus manifestaciones inmateriales”.

El hecho que un organismo de carácter internacional dedicado a la defensa y promoción de la educación y la cultura  decidiera considerar a las cocinas tradicionales del mundo y presentarlas en grandes gastronomías, se debe a que “es el reconocimiento de conjuntos culturales complejos y exquisitos para el placer de todos los sentidos y no sólo para alimentar el cuerpo, como fenómenos culturales inmateriales dignos de ser protegidos de la homogeneización de los alimentos bajo el modelo industrial occidental”.

Finalmente Yuriria Iturriaga agrega que cuando la UNESCO lleva este tipo de reconocimientos se trata de toda una serie de pasos en los que destacan “las medidas de salvaguardas en las cocinas tradicionales consiste en proteger la naturaleza donde aparecieron botánica, zoológica e históricamente sus insumos de base y en preservar los saberes ancestrales sobre sus formas de producción, transformación y consumo, en lo que se refiere a la cocina tradicional mexicana, esas medidas  tendrán que concernir en primer lugar  el rescate de la milpa mesoamericana, fuente de las grandes civilizaciones del área gracias a su productividad constantemente renovada durante milenios, a la armonía de sus elementos en sabores y nutrientes y a su gran diversidad de flora y fauna según se cultive  en las distintas regiones y microclimas del país. Lo que llevará implícita la salvaguarda de saberes, utensilios, técnicas, términos y ceremonias que rodean el acto de cocinar y consumir a la manera de los ancestros”.

Si bien México en el año de 2008, logró que su tradicional “Día de muertos” ingresara en la lista de Patrimonio Inmaterial, y si en 2009, se incluyeron los lugares de memoria y tradiciones vivas de la cultura Otomí y  Chichimeca y la ceremonia ritual de los “Voladores de Papantla”, toca hoy a los mexicanos difundir con orgullo nuestra hermosa, gustosa y exquisita tradicional comida mexicana.


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