La ruta del mole
Chef René Loyo Cárdenas
Los
Ángeles California. Se llevo a cabo la
III Feria de los Moles, en la placita Olvera, en el centro de esta ciudad. Los
organizadores del evento estimaron la asistencia de más de 15 mil personas, que
degustaron los principales platillos de moles elaborados en diferentes regiones
de México, por lo que se puede deducir que no existe un solo mole sino que hay
muchos moles determinados por cada región, pero todos son como decía el maestro
Salvador Novo: “la pieza de resistencia de nuestra cocina, la piedra de toque
del guisar y el comer, y negarse al mole casi puede considerarse como una
traición a la patria” (Cit. Salvador Novo. Cocina mexicana. Editorial Porrúa. Pp.237).
Quién invento el mole? No se sabe, no hay un
autor, cada región de este inmenso país llamado México existe una gran variedad
de recetas de cocina del mole, puede ser de esa salsa roja-oscura, puede ser
verde, pueden ser pipianes etc.
Existe una manera de comer el mole? Si, este
debe ser siempre con regocijo a grandes
bocados y con tortillas.
Que
ingredientes tiene que es capaz de reunir en un solo día a tantas personas a
degustar del mismo? Se trata de un platillo mexicano representativo a nivel
nacional.
Historia. La palabra mole proviene de molli o mulli, náhuatl, que puede
ser traducido como salsa o mezcla, que se refiere a una comida particularmente
de los pueblos indígenas de México. Hoy se sabe que no existe un mole, existen
muchos moles que se hacen en cada región, pueblo o familia, en todos ellos
utilizan diversas cantidades de chiles, semillas, frutas, chocolate, ajos,
cacahuate, maíz, manteca, entre otras cosas, que el producto final lo hacen
sentir único, para no decir de sabor distinto. Entre los moles más conocidos
tenemos el que se realiza en Puebla y sobre todo los de Oaxaca, que logra
reunir en una sola región más de siete productos diferentes llamados moles.
El
mole poblano
Se dice que el emperador Moctezuma comía mole
con guajolote, pero hasta el momento no existen recetas que afirmen tal
aseveración.
Paco Ignacio Taibo I escribe el libro de todos los moles y en el que
destaca que en 1680, en la hermosa cocina de talavera del Convento de Santa
Rosa de Lima, en Puebla, la monja Sor Andrea de la Asunción, realizó semejante
guiso a honor del marqués de la Laguna que llegaba para ocupar el cargo de
virrey y capitán general de la nueva España. Sin embargo, para el mismo autor
estos datos no cuadran, no pueden ser ciertos, y aunque después Alfonso Reyes
les vuelve a dar vida, su complejidad
les ha llevado a sintetizar de manera estruendosa: “Viva el mole de
guajolote”, ya.
El mole de Oaxaca. La ciudad de Oaxaca está considerada como
Patrimonio de la UNESCO, y la región es un paraíso de coloridos y sabores, su
gastronomía se encuentra fuertemente vinculada a las tradiciones. Los
oaxaqueños son sumamente hospitalarios, se hace fiesta por el que viene, por el
que se va y por el que esta. Se acompañan estas reuniones con el mezcal, que como
bien dicen: “para todo mal mezcal, y para todo bien, también”.
Ana María Guzmán de Vásquez Colmenares, en su
libro “tradiciones Gastronómicas Oaxaqueñas” (1982), escribe: “Oaxaca es la
tierra de los siete moles”, se trata de un platillo barroco que lleva treinta y
un ingredientes, que se inicia con el mole colorado; el mancha mantel
caracterizado con su remate de piña y plátano; el chichilo con hoja de
aguacate; el verde que consigue su color con yerbas molidas; el amarillo con
ejotes y chayotes; el coloradito que suele sustituirse la carne de pollo o
puerco cuando se hace vigilia con verduras y camarón seco y finalmente el mole
negro.
Para hacer mole se requiere de chiles que en
Oaxaca suelen tener ya que se cultivan, se secan, se combinan, los asan, los tuestan
y se muelen, por lo que hacen del mole negro la pieza principal de resistencia
de la cocina oaxaqueña.
Manuel Toussaint decía que el guajolote en el
mole es como el águila en la bandera nacional. En una crónica en el periódico local
de 1818, Murguía y Galardi escribe: “Comencé también los pavos en esta salsa
los días de más grandes solemnidades (pascuas, bodas y velorios), es plato
entre los de regalo exquisito…que se llama mole”.
Finalmente ahora sabemos que el mole es un
platillo emblemático con una fuerte raíz prehispánica y una de las expresiones
de la culinaria nacional con mayor capacidad de recepción de otras culturas.
Imagen: Rufino Tamayo
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