El chile: Exótico, incitante y sugerente
Chef René Loyo Cárdenas
A los corazones generosos: a Maureen y Lorena en su boda.
“…yo soy como el chile verde, llorona, picante, pero sabroso…”
(canción popular mexicana)
Desde antes de la llegada de los españoles al continente americano, el chile o picante, formaba parte importante de la dieta de los diferentes pueblos indígenas que hoy conforman el México moderno.
La palabra chile proviene del náhuatl, chili, que no debe confundirse con el llamado ají, que es más áspero, menos aromático y persistente, muy utilizado en la parte del Caribe.
Hasta nuestros días, el chile sigue siendo la base de la comida mexicana. Mantiene un promedio anual de seis kilos de chiles frescos y un kilo de chile seco, por persona.
A la llegada de los españoles a México conocieron el chile, lo aceptaron y lo integraron a su gastronomía y de allí lo dieron a conocer al resto del mundo europeo (1493), usándolo como condimento en diferentes platillos. A mediados del siglo XVI, se tiene registrado cultivos de chile en Italia, Alemania e Inglaterra. Doscientos años después llega a China, India e Indonesia.
En México existen más de 40 variedades, entre los conocidos encontramos: el jalapeño, el poblano, el árbol, el habanero, el chipotle, el guajillo, el mulato y con ellos una gran diversidad de chiles secos.
Cuando una persona consume chile espera encontrar siempre un sabor picante, fuerte y caliente, pero nunca es el mismo, depende de su especie. Algunos pican de manera inmediata recorriendo de manera periférica al interior de la boca; otros encuentran la fuerza del picante cuando se mastican; otros más concentran su fuerza picante en la punta de la lengua y existen aquellos que podemos nombrar como “explosivos”, que son aquellos que al probarlos la boca se incendia, llegando a producir irritación en las fosas nasales, provocando las glándulas lagrimales y el taponeo de las trompas de Eustaquio, produciendo un estado ensordecedor.
Chile generoso.
El chile contiene vitaminas A y C, así como B6, potasio y magnesio. Algunos estudios médicos le atribuyen cualidades como la de ayudar a quemar grasas incluso hasta disminuir el riesgo de la diabetes. Tiene propiedades antiinflamatorias y analgésicas. Un estudio realizado en la Universidad de Nottingham, en Gran Bretaña, hallo que la capsaicina, sustancia que da el sabor picante de los chiles jalapeños, puede matar cualquier tipo de células cancerosas. El Centro Médico Cedors Sinaí, ubicado en los Ángeles (USA), concluyeron que “el 80 por ciento de células cancerígenas con un tratamiento en base al picante, desataron una especie de suicidio”.
Otros científicos han recomendado que estos resultados sean considerados con mucha cautela, pues hasta el momento son pruebas de laboratorio. Pero si coincidimos que el chile ayuda a la prevención de infecciones y es un estimulante para el sistema nervioso y cardiovascular. No pierda tiempo, vaya a su restaurante favorito y pida chile en forma de salsa, o simplemente fresco, o pida el platillo principal como puede ser unos chiles en nogada, o chiles rellenos o chiles en vinagre. Compruebe usted mismo una comida exótica, de sabor incitante, de gusto particular y el cual puede y debe ser sugerente, para usted o sus más íntimos amigos.
La palabra chile proviene del náhuatl, chili, que no debe confundirse con el llamado ají, que es más áspero, menos aromático y persistente, muy utilizado en la parte del Caribe.
Hasta nuestros días, el chile sigue siendo la base de la comida mexicana. Mantiene un promedio anual de seis kilos de chiles frescos y un kilo de chile seco, por persona.
A la llegada de los españoles a México conocieron el chile, lo aceptaron y lo integraron a su gastronomía y de allí lo dieron a conocer al resto del mundo europeo (1493), usándolo como condimento en diferentes platillos. A mediados del siglo XVI, se tiene registrado cultivos de chile en Italia, Alemania e Inglaterra. Doscientos años después llega a China, India e Indonesia.
En México existen más de 40 variedades, entre los conocidos encontramos: el jalapeño, el poblano, el árbol, el habanero, el chipotle, el guajillo, el mulato y con ellos una gran diversidad de chiles secos.
Cuando una persona consume chile espera encontrar siempre un sabor picante, fuerte y caliente, pero nunca es el mismo, depende de su especie. Algunos pican de manera inmediata recorriendo de manera periférica al interior de la boca; otros encuentran la fuerza del picante cuando se mastican; otros más concentran su fuerza picante en la punta de la lengua y existen aquellos que podemos nombrar como “explosivos”, que son aquellos que al probarlos la boca se incendia, llegando a producir irritación en las fosas nasales, provocando las glándulas lagrimales y el taponeo de las trompas de Eustaquio, produciendo un estado ensordecedor.
Chile generoso.
El chile contiene vitaminas A y C, así como B6, potasio y magnesio. Algunos estudios médicos le atribuyen cualidades como la de ayudar a quemar grasas incluso hasta disminuir el riesgo de la diabetes. Tiene propiedades antiinflamatorias y analgésicas. Un estudio realizado en la Universidad de Nottingham, en Gran Bretaña, hallo que la capsaicina, sustancia que da el sabor picante de los chiles jalapeños, puede matar cualquier tipo de células cancerosas. El Centro Médico Cedors Sinaí, ubicado en los Ángeles (USA), concluyeron que “el 80 por ciento de células cancerígenas con un tratamiento en base al picante, desataron una especie de suicidio”.
Otros científicos han recomendado que estos resultados sean considerados con mucha cautela, pues hasta el momento son pruebas de laboratorio. Pero si coincidimos que el chile ayuda a la prevención de infecciones y es un estimulante para el sistema nervioso y cardiovascular. No pierda tiempo, vaya a su restaurante favorito y pida chile en forma de salsa, o simplemente fresco, o pida el platillo principal como puede ser unos chiles en nogada, o chiles rellenos o chiles en vinagre. Compruebe usted mismo una comida exótica, de sabor incitante, de gusto particular y el cual puede y debe ser sugerente, para usted o sus más íntimos amigos.
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